"No
se cumplen años , se cumplen películas" fue
una frase afortunada, llena de vitalidad y optimismo, del crítico
cinematográfico Alfonso Sánchez, que relataba de
esta manera tan plástica el paso del tiempo para él
y, cómo no, para todos los aficionados al Cine.
El Festival ha sido
un año mas el momento de tomar el pulso a la cosecha cinematográfica
del momento que vivimos. Se confirma la tendencia iniciada en
años precedentes de recuperación potente y decidida
del género documental.
Tanto películas
que toman el propio género como estructura básica
del mensaje transmitido, como aquellas que siendo de ficción
toman al documental como punto de partida para estructurar la
narración.
Cada cual de los
espectadores privilegiados -aquellos que por diversas circunstancias
hemos tenido la oportunidad de visionar la gran mayoría
de las cintas inscritas en las secciones Oficial y Zabaltegi-
ha realizado su propia elección de películas, más
allá de las preferencias de un jurado que es aceptado más
como regla de juego que como termómetro para medir la calidad
de las cintas.
Cuatro han sido las
mejores películas del Festival desde mi punto de vista:
"En construcción"
supone la vuelta al cine de un cineasta inclasificable: José
Luis Guerín. Obsesionado con la temática del paso
del tiempo en la vida y en la plasmación de esta realidad
a través del lenguaje audiovisual, este cineasta catalán
toma como punto de partida la transformación del barrio
barcelonés del Raval para, durante tres años, ser
testigo del paso del tiempo en él. Colocando con sencillez
y rigor la cámara ante las gentes que viven en el barrio
somos testigos de sus diferentes experiencias vitales. No hay
lugar para preguntas que condicionen respuestas o que seleccionen
unas temáticas en detrimento de otras. Emplazada en lugares
estratégicos, no necesariamente oculta sino más
bien tan omnipresente que consigue pasar inadvertida, la cámara
capta conversaciones sobre la vida, la muerte, el trabajo, o la
filosofía cotidiana, con una veracidad desarmante.
De ese contacto con
la vida surge espontáneamente el humor, la complicidad,
la privilegiada sensación de ser uno más en el cambio
que experimenta el barrio. No es una película de emociones
inmediatas al estilo de aquellas que proporciona - tantas veces
manipuladas- la ficción, sino que es el paso del tiempo
el que nos hace amar u odiar a los personajes que desfilan ante
nosotros.
La mejor película
de este festival aunque algunos hubiéramos suprimido algunos
minutos de su excesivo metraje.
"Autrement"
("De otra manera") del francés Christophe Otzenberger,
es un film de ficción pero con fuerte anclaje en la realidad.
Cuenta el itinerario vital de tres jóvenes que condenados
por un delito menor de tráfico de drogas, se ven obligados
a abandonar París para instalarse en un pequeño
pueblo de la Francia rural. El ineluctable proceso de adaptación
difícil a la nueva vida y la manera cómo es vivida
por cada uno de ellos es la temática del film. Seguimiento
implacable de la triple experiencia, encuesta sin concesiones,
tocando todos los temas que atañen a esta problemática
juvenil, hacen de esta obra un testimonio caliente y actual de
lo que nuestra juventud es y los problemas que tarde o temprano
estará obligada a afrontar: Paro, integración social,
abandono de la marginalidad, etc.
Un año más
el cine francés nos da una lección, entre otros,
a los cineastas vascos de lo que debe ser un cine comprometido
con la realidad y no un cine hecho con cada vez mayor virtuosismo
y profesionalidad pero que sólo cuenta sueños alejados
de la vida de nuestras calles.
"Escape to
Paradise" del suizo Nino Jacusso se basa en hechos reales:
El proceso de integración de una familia de refugiados
kurdistaníes en Suiza. Sus protagonistas son actores no
profesionales kurdos que han sufrido en sus propias vidas las
peripecias que el film narra. Esta cercanía entre la realidad
vivida y la realidad contada o reconstruida transmite una sensación
de autenticidad tan difícil de hallar en los filmes de
ficción.
"No Mands
Land" ("Tierra de nadie") del bosnio Denis
Tanovic describe el absurdo de la guerra entre servios y bosnios
desde un punto de vista que aúna crueldad y humor. Sin
dejar de ser una obra que ridiculiza a ambos bandos y critica
con mordacidad la hipocresía de las tareas humanitarias,
tanto de las fuerzas de pacificación de la ONU, como de
la turba de periodistas sin escrúpulos, la película
mantiene siempre un difícil equilibrio entre el horror
y el humor, en un juego en el que el ambos se potencian mutuamente.
Una joya en su peculiar estructura.
"Truly Human"
(Auténticamente Humano") del danés Ake
Sandgren es una película adscrita al movimiento Dogma.
La fantástica vuelta a la vida de un "hermano invisible"
oculto detrás de un resquicio del muro de la habitación
de una niña, da lugar a una serie de anécdotas,
que plantean con humor y desenfado la problemática de los
seres inocentes en un mundo cada vez más receloso e inhumano,
en el que las relaciones familiares se han ido deshaciendo a medida
que aumentaba la prosperidad material de sus habitantes.
La vida de este "aborto"
vuelto por unas horas a la vida respira ternura, autenticidad,
humor, la película más fresca de un movimiento revolucionario
(Dogma) que, a pesar de su juventud, estaba empezando a anquilosarse.
"La ciénaga"
de Lucrecia Martel, describe la descomposición moral y
física de la clase media argentina, a través de
la metáfora de unas vacaciones en una casa de campo situada
en un paraje rodeado por una ciénaga de aguas podridas.
La singularidad del asfixiante relato reside, en la ausencia de
crítica a aspectos concretos de la vida social de las dos
familias que han pasado juntas sus vacaciones. La sensación
de angustia y hastío, de roña y carcoma, de asfixia
y mareo es más global, nos agarra por las tripas hasta
límites vecinos a la nausea. El único desenlace
posible para semejante panorama es la tragedia, en el film concretado
en la muerte del único personaje inocente, en la transposición
metafórica a la vida en la destrucción de dicha
clase social.
Había más,
qué duda cabe: "La habitación del hijo"
de Nanni Moretti, "La pianiste" de Michael Haneke,
"Intimidad" de Patrick Chereau y otras que nos impresionaron,
emocionaron o simplemente interesaron. Quedarán en nuestra
memoria como aquellas que acompañaron a la triunfadora
en el corazón de público y crítica: "En
construcción".
Juan Miguel
Gutiérrez, presidente de la Sección de Cine de Eusko
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