Nikolas Lekuona Nazabal nace el 19 de Diciembre
de 1913 en Villafranca de Ordizia. Su muerte se produce a los 24 años,
el 11 de 1937, cuando fue víctima de un bombardeo en Fruñiz,
que acabó con su vida.
A pesar de su prematura muerte dejó una obra compuesta por 50
óleos, más de 500 dibujos, 100 fotografías y 29 fotomontajes,
junto con varios proyectos racionalistas de viviendas. Obra ésta
que de modo inequívoca nos comunica, el vanguardismo, la renovación,
la genialidad del artista.
Mientras cursa sus estudios en la Escuela de Aparejadores
de Madrid, hace varias exposiciones y se presenta a los Certámenes
de Noveles. La revista Noreste de Zaragoza publica dos fotográfias
de Lekuona como exponente de las nuevas tendencias de la fotográfia
(relacionándola con Moholy Nagy y Man Ray).
En la capital madrileña se relaciona con la vanguardia artístico-literaria,
asiste a las tertulias de Gómez de la Serna, acude al Círculo
de Bellas Artes y frecuenta la casa del intelectual alemán Diehl,
se interesa por el surrealismo. También tiene un contacto continuado
con artistas vascos de su generación como Oteiza, José Sarriegui,
Antonio Odriozola, Narkis Balenciaga... inetercambiando experiencias, proyectos
y deseos para renovar o por lo menos introducir las nuevas constantes del
panorama vanguardista en el País Vasco, en contra de la tradición.
Para muestra la exposición de 1934 en el Kursaal de S.Sebastián
con esculturas de Oteiza, pinturas de Balenciaga y dibujos, pinturas y fotográfia
de Lekuona ( con ésta esposición Oteiza pretendía iniciar
una Asociación de Artistas Vascos apostando por la vanguardia).
La obra de Lekuona no responde a las influencias de una determinada tendencia.
Es una personalidad polifacética que experimenta con materiales y
formas de hacer arte como collage, fotomontajes, fotocalquídea, rasgados
y surcos.
Entiendo que la obra de Lekuona no es sólo una forma de arte sino
una forma de libertad, despojándose de todo ese "pasado caduco"
como decía Oteiza y de ese "presente sentimental" propugnando
en ese momento por los dirigentes nacionalistas que querían hacer
del arte un vehículo propagandístico de su política
(pretendiendo un arte de tópicos).
Su obra más impactante son las fotografías
y los fotomontajes, teniendo un carácter experimental, abierto y
vanguardista que atraviesa el umbral de los interminables dominios del inconsciente
individual y colectivo.
Lekuona en sus collages representa ( en el sentido teatral del término)
sus figuras haciéndolas moverse en un escenario, imaginario, onírico
y quizás lúdico (ilustración 1).
Las imágenes que asocia en la ilust.2
las combina en un contexto incongruente, inexpicable, como dándonos
a entender que la importancia del collage no reside en las imágenes,
sino en la combinación enigmática, inesperada, descontextualizada
de esas imágenes. Nos muestra que la iamgen en sí no tiene
importancia en cuanto a su carácter plástico ya que él
recurre a la fotografía o a los periódicos para obtenerlas.
En cuanto a la pintura de su última época, estas composiciones
tienen un acento onírico. Las figuras, objetos o arquitecturas están
como en un espacio unitario, espacio éste que viene a ser uan profundidad
sin capacidad, impracticable, como que hayan extraido el oxigeno para producirnos
desasosiego. Los colores son cálidos pero duros como si se hubiesen
solidificado por una luz sin vibraciones. Da la impresión que convierte
conscientemente la realidad en irrealidad, el ser en no ser.
En el País vasco antes de Lekuona no se había visualizado
la realidad artística internacional, porque la tradición había
montado una pantalla sensorial que hacía que pudiera verse sólo
según un orden lógico, preestablecido.
La obra de Lekuona no es una interpretación del mundo exterior,
sino que nace del universo interior del artista rompiendo por completo con
cualquier vinculación con las conexiones anteriores y divorciándose
de su propio tiempo y entorno plástico. Maria Jesus Bilbao, Licenciada en Historia del Arte. |